*Existen una serie de hechos irregulares, que el alcalde de Maynas parece no ver, pese a que éstos afectan a las personas vulnerables.
*Han subido los alquileres de las casas de manera exorbitante, por lo que los inquilinos no pagan y la Beneficencia está por irse a la quiebra.
*Como fueron enormemente multados, guardan el dinero recaudado en sus establecimientos, no en los bancos, lo que conlleva a la pérdida de dinero en efectivo.
*Encima les pagaron a personas sin vínculo laboral, en época de pandemia covid.
Lo hicieron porque cuando ya permitieron el traslado de cadáveres a ese Cementerio, para que no estén revueltos en el terreno del Km 18 y la seguidilla de muertes que hubo en Iquitos, la ciudad más paleada en el mundo por el Covid; la Beneficencia recaudó millones de soles. MILLONES.
Entonces todo gasto sin sentido, les parecía poco. Se olvidaron de mejorar el llamado asilo, construir más ambientes para albergar a ancianos desprotegidos y también para los que pueden pagar por estar en ese espacio donde un médico cuida por su vida. Más bien quitaron ambientes para que ingrese personal administrativo. Ahora hay más administrativos que ancianos. ¿Ese es el verdadero sentido de una casa para adultos? NO.
En el edificio de la Beneficencia, ubicada en la calle Raimondi, hicieron supuestos arreglos por miles de soles, que los trabajadores se preguntan ¿qué arreglos? ¿Dónde están? Hubo pequeños arreglos, pero facturaron por varios miles de soles.
Durante los últimos años la corrupción parece haber atenazado a la Beneficencia de Iquitos, por irresponsabilidad de algunos funcionarios (no todos), quienes la socavan sin miramientos porque han perdido la visión y misión de la noble tarea: socorrer a la gente vulnerable.
Ante esto un grupo de trabajadores sigue luchando porque su centro de trabajo salga a flote, siga adelante, le envían sendos documentos al alcalde de Maynas, dando a conocer actos de corrupción, pero él: “no se oye padre”. La política sigue mandando en la Sociedad de Beneficencia de Iquitos y ese manejo la está llevando al precipicio, a la extinción total de su existencia.
En vez de cuidarla y protegerla por la máxima misión filantrópica que siempre ha debido desarrollar en su objetivo principal, de ayudar a las personas desvalidas.
Cementerio general de Iquitos, antes era el dueño y señor de esta ciudad. Ahora eso ya es historia, nadie ha comprado otro terreno. Ni cuando tuvieron millones por pandemia Covid.
Años pasados la Beneficencia era la dueña y señora del Cementerio General, el terreno de toda una cuadra que ha recibido a miles de cadáveres desde su fundación. Ahora con la aparición de otros campos santos, eso ya es historia. Ya no hay espacio para sepultar a más muertos, o en todo caso quedan muy pocos.
Con los millones que ganaron en la época del Covid, bien pudieron proyectarse en comprar un terreno por las zonas de Santo Tomás, Zungarococha, Santa Clara, Quistococha, solo por decir algunas zonas, a fin que no quede por la carretera Iquitos-Nauta, donde ya hay varios cementerios. Aunque hace pocos años en el KM 9 de esta carretera, le invadieron 3 terrenos a la Beneficencia, nadie los recuperó.
El actual cementerio general “San Miguel Arcángel” parece territorio de Israel o Ucrania, bombardeado, con veredas rotas que son un peligro para las visitas, las áreas verdes abandonadas, basura, hierba mala que tapa las tumbas, lleno de gatos y etc. etc. ¿Por qué no invirtieron parte de los millones recaudados en pandemia covid en mejorar o comprar un terreno para un nuevo cementerio?
Más bien pagaron trabajos fantasmas, pues en la pandemia, casi nadie hacía trabajo presencial. Y además, los trabajadores se indignan al ver documentos de pagos sobrevalorados, sin que los trabajos se hayan hecho como manda el requerimiento.
La MISIÓN de la Beneficencia ha dejado de asistir en un 60%. Hace 15 años se atendía a más de 52 adultos mayores en el asilo, ahora atienden a la mitad, más son administrativos los que ahí laboran. En el albergue Niño de Jesús, atendían a 60 menores, ahora solo a 25. En vez de avanzar, han retrocedido y esto por la bendita (maldita más bien) palabra Corrupción.
El Directorio de la Beneficencia, en realidad debería desaparecer. ¿De qué sirve que les paguen 3 dietas al mes si van se reúnen y hasta cuentan chistes, para luego retirarse a seguir con sus labores en otras entidades? Esa labor es una “caja chica” para ellos, gracias a la política mal concebida.
Incluso se habla de la desaparición de plata en la gestión pasada, cuando estaba Rafael Pezo, donde salieron 50 mil soles en presunta complicidad con Marithe Pinedo Vásquez (ex gerente de asuntos sociales de Elisbán), para la campaña de Elisbán Ochoa, observación hecha puesto que cuando ganó dicho profesor como gobernador, los implicados se fueron a trabajar a su gestión.
Y como siempre, en varias gestiones sale el dinero en proyectos, perfiles, consultorías sobrevaloradas, construcción de pabellones, también sobrevalorados. Metiendo a gente de su entorno, pagando a proveedores y trabajadores fantasmas, periodistas que solo aparecían a cobrar sus cheques los fines de mes. Incluso en época de pandemia, como si hubieran laborado.
Pabellones de nichos mal construidos, ahora último se ha visto cómo se han llenado de arena y tierra, al haber sido construidos debajo de lo que mandan las normas. Impresionante, basta ver las fotos para conocer cómo experimentan con los muertos. Irrespetuosos.
Y a la fecha nadie dice nada del gran robo de miles de soles (40 mil) que hubo en SERFIN, donde estuvo implicado Aníbal Rengifo, hermano del ex asesor de Francisco Sanjurjo, Jaime Rengifo. Y otros trabajadores que habrían dado el talán, ya que saben que por la multa millonaria (500 mil soles) las cuentas de la Beneficencia han sido intervenidas por el Banco; por lo que el dinero recaudado lo guardan en sus diferentes establecimientos.
Irrespetando las normas de control interno que dice que el dinero no puede estar más de 24 horas en la oficina recaudadora para evitar estos eventos de robos y pérdida de dinero, además de no exponer a los trabajadores de cualquier intento que ponga su vida en riesgo. ¿Qué hizo Contraloría o fiscalía anticorrupción? Nada.
Ahora resulta, que la gente de Elisbán, ha retornado a través de la gestión de Chávez y Chong, como la ex jefa de recursos humanos del gorel (Elisbán) Violeta Huayané Zevallos, como gerente general y Pinedo Vásquez, como directora del colegio Madre Teresa de Calcuta, aunque mencionan que no va por ahí. Han metido a trabajar a más gente de la gestión de Elisbán, que no ata ni desata, según testimonios, pero cobran. Ahí se va lo recaudado, en vez de mejorar los centros conocidos, para cumplir con la misión de ayudar al prójimo.
Casas de la Beneficencia, muchas han sido abandonadas por el alto alquiler.
La presente gestión que ha aumentado a personal innecesario en la Beneficencia, hizo aumento de alquileres de casas que se caen a pedazos, porque nadie las arregla. Como las ubicadas en la calle Samanez Ocampo, por las que pretenden cobrar 1,500 solos, con garantía de por medio. Las de Ricardo Palma, ídem, de 800 les subieron a 1,300 y 1,800 soles. Otras en zona comercial que les subieron a 3, 500 soles etc.
Aumento desmedido en la tarifa, hecho sin criterio técnico, lo que generó incluso caos entre los inquilinos que rechazan pagar esos aumentos carísimos, por lo que algunos dejaron las casas que ahora nadie alquila. La Beneficencia ha tenido una caída del 60% en la recaudación de dinero por alquileres, lo que limita la atención en los centros que albergan a personas vulnerables, así como el pago a los trabajadores y la parte operativa institucional.
En enero 2024 por alquileres recaudaban 21,875 soles. En febrero 13,275, en marzo 18,561 y en abril, 8,425 soles. Una caída estrepitosa. Por Serfin: Enero, 254 mil, febrero 142 mil, marzo 123 mil y abril, 59 mil 314 soles. Y eso que habían subido las tarifas, pero existen normas nacionales, que les mandaron a cumplir.
Aunque siempre para el directorio y los funcionarios hay dinero para pagarles sus dietas y sueldos. La responsabilidad del descalabro de la Beneficencia es el presidente y los miembros del Directorio, así como el alcalde de Maynas.
La verdad es que pasa todo lo narrado, porque ya no existe ningún personaje notable de la histórica sociedad loretana quienes hace 125 años fundaron la Beneficencia con la única MISIÓN de servir a una noble causa, la de ayudar a personas adultas en estado de abandono, vulnerables, así como a niños en extrema pobreza. No para enriquecerse de lo recaudado en la Beneficencia Pública.
¿Quién dará un cambio a todos estos actos inaceptables?